Hoy fue el primer día del retiro anual de profes en el colegio Juan XXIII, institución donde llevo prácticamente 11 años laborando, conviviendo con muchos colegas en un bello ambiente de fraternidad y franciscanismo.
Hace dos días me llamaron para preguntarme si podría hacerme cargo de la parte musical del retiro. Encantado acepté, hace tiempo que no me invitaban a ser parte del mismo.
La mitad del día estuvo marcada por una adoración eucarística... y es que adorar a Jesús eucaristía pone en el centro a Cristo, ejemplo perfecto de donde debería ir su presencia en nuestra vida. Jesús en el centro de atención, y el músico lejos de allí, sin protagonismos, sin ego, sin otra cosa que la alegría de estar frente a él, y rodeado de hermanos.
Cada oración (a pesar de haberlas oído cientos de veces a lo largo de mi vida como acólito) la sentí tan nueva, tan con sabor a llamado, tan pacificadora. No pude más que entender nuevamente que de rodillas ante él es el lugar que mas debería anhelar un creyente.
Hoy fue una lección maravillosa el cantarle junto a todos mi colegas. Mañana me toca animación y la Misa. Acompañenme en cadena de oración hermanos. Donde estés, seguro hay un templo cerca... y un buen amigo esperando que le visites.
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